Yo
supongo que sobrarán ejemplos de personas que escriben en memoria de algún
familiar ausente (fallecido), que escriben para recordarlo o para recordar los
mejores (y no tan buenos) momentos a su lado, que escriben para perpetuarlos o
simplemente que escriben para no olvidarse de ellos, para mantener su recuerdo
siempre vivo.
Yo no seré la excepción. Acaso
espero que después de hacerlo disminuya un poco el dolor de su partida. No. No
lo creo. Pero en estos momentos va más a allá de una necesidad, es un deseo.
Han pasado 7 meses. Pero duele
igual.
Tantas cosas que a uno le enseñan en
esta vida, en el colegio, en la universidad, en la casa; pero nunca, jamás, te
enseñan algo parecido a esto. Cómo enfrentar la partida de un ser querido, cómo
enfrentar la partida de un miembro de tu familia más cercana. No. Eso no lo
enseñan en ningún sitio. Toca vivirlo.

Ya va siendo hora de dejar a un lado
la trillada frase de: “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”; y aprender
a saber lo que tenemos antes de perderlo.
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