"Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas,
es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas"
. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…"
(
Antoine de Saint-Exupéry)

sábado, 22 de agosto de 2009

El Secreto del Alma


El Secreto del Alma


Era una noche húmeda, pues gotitas de lluvia caían y el viento arreciaba de manera tibia. De repente el silencio falleció y un viejo búho habló:

-¡Despierten, hoy es el día!

La luz de la luna iluminaba tenue, sublime… las aves que en los ramales del viejo sauce dormían, despertaron de repente como si fuera fantasía. Y hasta el ruiseñor que no podía cantar porque su corazón esfuerzo grande no permitía, despertó de su apatía.

Una estrella le murmuró a otra:

- Hoy es el día, ¿qué le podemos regalar?

- ¿Qué tal un pastel?, a todos les gustan y dicen que saben muy bien –respondió un marchitado clavel.

- No seas tonto, a nadie le gustan esas cosas –dijo una de las estrellas – De parte de nosotras le regalamos polvo estelar para que su destino brille sin parar.

Al búho que sólo sabía ulular, no le pareció que a Andrea le fuera a gustar, y pensaba: qué le podía regalar.

El marchitado clavel lloraba porque de su belleza para regalar no quedaba nada.

-¡Vaya, mira a esa rosa!. Aún es un capullo, pero sin lugar a dudas es hermosa – dijo el ruiseñor con emoción.

Todos empezaron a admirarla por su belleza, pero nadie veía lo que en realidad ésta era.

Al unísono todos exclamaron: ¡ella sería muy bello regalo!

El ruiseñor se propuso convencer a la rosa y de su pico brotaban bellas notas.

La rosa nunca pronunció palabras y, sin embargo, no tardaron en juzgarla. Mientras tanto el ruiseñor observaba y le cantaba palabras, para ver si ésta hablaba, pero la rosa altiva sólo miraba. Cantaba y cantaba, pero la rosa lo ignoraba, cuando ya casi se daba por vencido vio que ocurrió algo inesperado, casi un milagro: la rosa empezó a florecer y el ruiseñor se alegró mucho cuando esto pudo ver.

Ambos se hicieron grandes amigos. Ella le preguntó qué opinión tenía sobre las armas, él contestó que mejor eran las palabras.

Él le preguntó acerca de a violencia y el matar, y ella le contestó que todo existe por falta de paciencia, porque la paciencia es una virtud que hay que cultivar.

Ella preguntó acerca de si le gustaba la poesía, él contestó: “me encanta, es alegría; entra por una mirada o por los oídos, pero sólo si de verdad sabes escucharla, presta atención a sus rimas y descubrirás cuál es el secreto del alma.”

- Estás hermosa cómo el sol al amanecer, y creo que para Andrea no habrá mejor regalo para ver. Ella de seguro te sabrá apreciar y en un florero de gran belleza te cuidará, y aún cuando mueras, tus pétalos guardará, para así este mágico momento recordar.

Ella volvió a preguntar: - ¿Qué es el secreto del alma?

- El secreto del alma es la amistad. Por eso te voy a dedicar una canción que te llene de felicidad.

El ruiseñor cantaba con intensidad y la rosa que era altiva se llenaba de bondad.

- ¡Vaya que es hermosa tú canción! –le dijo la rosa–, pero el ruiseñor no contestó.


20/08/09

Goscar Rojas

martes, 11 de agosto de 2009

Virtud digna de cultivar...


La Paciencia
(Para Goscar Rojas)

Que la paciencia es una virtud digna de cultivar, eso ya me lo ha escuchado decir (y repetir) en incontables ocasiones. Pero he aquí el verdadero trasfondo de dicha frase, la cual tiene su génesis en el preciso momento en que caigo en cuenta de que “la vida es muy corta, o tal vez, demasiado larga para que yo pueda permitirme el lujo de vivirla tan mal”.

De modo que en vez de enojarme, procuro reflexionar al respecto;
En vez de esperar por algo (o alguien) eternamente, procuro entrar en acción;
En vez de achicopalarme por algún suceso, procuro disfrutar y, sobre todo, aprender de ello.
De todas formas, la marea siempre sube, pero inevitablemente volverá a bajar!

Así que amigo, Carpe Diem! For ever!

“Quien tiene paciencia puede tener todo lo que desea”
Benjamín Franklin

Andrea Villamizar